PR AB-23 De Paterna del Madera a Riópar
Elevación máxima: 1525 m
Elevación mínima: 965 m
Total ascendido: 1057 m
Total descendido: 1218 m
El camino histórico que unía las localidades de Paterna del Madera y Fábricas de San Juan (Riópar) fue utilizado, en sus cinco primeros kilómetros, para la construcción de la carretera asfaltada que llega hasta el cruce de la antigua carretera de Alcaraz a Riópar. Por lo tanto, si queremos hacer el camino histórico hemos de seguirla. Pero el tramo no deja de tener atractivo, ya que va serpenteando por la ladera de la cuerda de la Atalaya -a nuestra derecha- y disfrutando de las vistas -al otro lado del río Viñazos- de la Sierra de la Veracruz, la Cruceta, el Pico de la Cabeza y la Piedra de la Tejera. Aconsejamos que los primeros dos kilómetros y medio se hagan por un camino entre huertos, paralelo a la carretera, para lo que habrá que salir de Paterna por la calle de la Canal.
Llegado al empalme, observamos al frente las casas del Masegosillo, dejamos a nuestra espalda el Rincón de la Calera, a nuestra izquierda vemos la Cuesta de la Cebera -que conduce a El Encebrico- y al fondo vemos el Pico del Chorraero, al que nos dirigimos a través de una ancha pista forestal construida -casi en su totalidad- sobre el antiguo camino. Al poco de dejar el asfalto cruzamos el río de Las Hoyas y vamos ascendiendo una cuesta más pronunciada que la que traíamos. Al final de la cuesta se puede ver a nuestra derecha -sobre todo en invierno y primavera- el salto de agua que produce el arroyo de la Juanfría para vencer el desnivel, en un paraje en el que merece la pena detenerse y conocido como El Chorraero. Continuamos y en pocos metros nos encontraremos en La Juanfría, fuente de la que se nutre el pueblo y lugar de recreo y esparcimiento en el que se puede encontrar algo de fresquito incluso en el mes de Agosto. Aquí la pista se bifurca: el camino de la izquierda nos llevaría a la aldea de El Encebrico, nosotros tomamos el de la derecha.
El alto que vamos dejando a nuestra izquierda es El Calar de la Osera. Es preciso advertir que por todo este barranco que seguimos y atraídas por el agua del arroyo de la Juanfría es fácil encontrar víboras, por lo que, si uno quiere evitar el peligro, no debe abandonar el carril. En dos kilómetros desde la Juanfría, llegamos a la Lagunilla, desde la que podemos observar a nuestra derecha los Altos del Pedregal y el Puntal de Torca Raya.
Desde la Lagunilla, si seguimos la pista nos llevaría al Almenara; si tomamos en carril que vemos a la derecha, llegaríamos al Tejo Viejo. Nosotros seguimos en dirección sur, donde surge una estrecha senda. El camino va descendiendo y andados unos 650 metros llegaremos al Toril de la Lagunilla, lugar acogedor con una fuente en la separación de los términos de Bogarra y Paterna. En unos quince minutos más llegamos al cortijo de Las Espineras del Léon, las cruzamos y nos encontramos con un carril ancho que sigue descendiendo hasta llegar a la antigua carretera de Alcaraz a Riópar. La tomamos a nuestra derecha, y en su vertiente izquierda, a unos doscientos metros, surge el camino de subida hacia el Manojal. En algo menos de doscientos metros volvemos a cruzar la carretera, que cogemos a mano izquierda. A unos treinta metros surge de nuevo el camino -en la vertiente izquierda- que sube la cuesta de las Carboneras. Llegamos a un carril que vamos a seguir, a la izquierda, hasta el Manojal, cortijo situado en una pradera ancha con la vista al frente de la cuerda de los Gallineros. Este paraje nos puede servir de descanso.
A la derecha del cortijo, se sitúa un nogal, desde el que hemos de buscar el camino, que va descendiendo por el barranco del Gollizo. Algo después vemos las ruinas de un cortijo, con una fuente, desde la que se ve una cueva o refugio. Más adelante, vemos otro cortijo -esta vez remozado-. Al pasarlo, daremos con un carril que seguimos a mano izquierda. Más adelante el carril es asfaltado y nos encontramos con una bifurcación: el de la derecha desciende y el de la izquierda continúa llaneando. Seguimos el de la izquierda. De la carretera que llevamos surge un carril a nuestra izquierda que sube a la cuerda de los Gallineros, nosotros seguimos hacia delante.
El barranco se ha ido abriendo y ya tenemos a nuestra vista el valle de Riópar. Poco antes de llegar al pueblo, vemos junto a la carretera -a la izquierda- un acueducto que servía para llevar el agua al molino que nos encontramos a nuestra derecha, con un gran embalse de agua para el riego, en un lugar frondoso de álamos blancos. Entramos en Riópar.
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